La semana pasada se celebró el Festival Internacional de Patchwork en Sitges, por décimo año consecutivo. Una vez más pude disfrutar de la feria en muy buena compañía.
Durante el festival se podían visitar diversas exposiciones internacionales en diferentes lugares emblemáticos de Sitges, como la del edificio Miramar; una buena oportunidad para pasear por las calles de esta pintoresca localidad costera donde realmente se descubren rincones mágicos que transmiten algo muy especial.
Para quien desconozca esta técnica os puedo decir que el Patchwork es un tejido hecho por la unión de pequeñas piezas de tejido cosidas entre sí, combinando colores para que formen distintas figuras. Con este minucioso trabajo de costura se confeccionan gran infinidad de cosas como colchas, tapices, alfombras... un largo sinfín de artículos que podemos encontrar en esta fabulosa feria. Grandes obras de arte que dejan a uno perplejo dada su laboriosidad.
Hay muchas teorías sobre el origen del Patchwork pero es probable que esta técnica que actualmente conocemos provenga del estilo de vida de los Amish. Los Amish son conocidos por llevar una vida muy austera lo que les llevó a las amas de casa a aprovechar al máximo sus prendas y artículos textiles, reparándolos, a causa del desgaste por el uso, con parches "patch". La habilidad de algunas mujeres hicieron de ello un arte, de ahí la palabra "work" que significa trabajo. Y en el s. XVIII esta técnica que había sido propia de los Amish pasó a formar parte de la costura norte americana donde actualmente es conocida en todo el mundo.
Y la parte más solidaria de la feria de Sitges llegó con OCULARIS, una ONG dedicada a fomentar el Desarrollo Oftalmológico en el África Subsahariana. Mi gran adquisición fueron dos chapas forradas con tejido estampado de bonitas flores a cambio de una pequeña aportación que les hice para ayudar a desarrollar su proyecto. ¡Podemos hacer mucho por muy poco!
Yolanda Mañas